jueves, 27 de septiembre de 2012

“Dios me ha dado lo mejor”

Rildo Cueto conoció el poder de Dios desde pequeño, se guardó desde temprana edad para servirle y cumplió su anhelo en Japón. “Ahora que tengo 42 años puedo decir que casi toda mi vida la viví con Jesucristo”, cuenta nuestro hermano, al contar que la providencia divina lo libró de muchas vicisitudes. Con el paso del tiempo, llegó a conocer a su esposa en la iglesia. Ahora con tres hijos, más que nunca, siente que su vida depende de El Señor. En los últimos años, se les abrió las puertas en Japón, donde pastorean una iglesia. “Actualmente tenemos una gran barrera que es el idioma y estamos capacitándonos para llegar a este público”. Recuerda que la adaptación a esta nación no fue fácil. Pero la obra de Dios se concretó cuando su hija se adaptó al lenguaje, su maestra la ayudó a comprender adecuadamente el idioma y ahora la pequeña Yuriko puede traducir a sus padres sin problema alguno.

Fuente : Movimiento Misionero Mundial

EEUU y Brasil son los países con más misioneros cristianos en el mundo



Estados Unidos es el país que envía mayor número de misioneros cristianos evangélicos al resto del mundo: alrededor de 127.000. A su vez, este país recibe gran cantidad de misioneros: 32.400, según cifras de 2011, la mayoría provenientes de Brasil.

Curiosamente, Brasil, el vasto país sudamericano de habla portuguesa se ha convertido en el segundo en envía más misioneros al extranjero, por detrás de Estados Unidos , según declara Todd Johnson, director del Centro para el Estudio del Cristianismo Global de Gordon-Conwell Theological Seminary, que ha estudiado la difusión del cristianismo.

NUEVOS PAÍSES SEMILLEROS DE MISIONEROS
En la década de 1980, Brasil comenzó a ser llamado el “granero de las misiones” porque los estudiosos se dieron cuenta del potencial del país. Junto con otras naciones emergentes, como Corea del Sur, Singapur y Filipinas, conforma el grupo NPE (Nuevo País Enviador).

Como antes dijimos, de los 400.000 misioneros globales enviados a países extranjeros, un gran número corresponde a Brasil, en concreto 34.000. El importante crecimiento en la participación misionera experimentado por este país está relacionado con la “explosión” de los evangélicos en los últimos 30 años. Brasil tiene la segunda mayor población protestante del mundo y alberga un gran número de organizaciones misioneras.

HISTORIA DE LA MISIÓN
Tal vez el joven Willam Carey , misionero protestante inglés considerado el “padre de las misiones modernas”, no imaginó que el movimiento misionero pudiera llegar a crecer tanto. En 1793 él y su familia - su esposa Dorothy y dos hijos en ese momento- fueron a la India haciendo un viaje de cinco meses en barco.Dos décadas más tarde, Adoniram Judson y su esposa Ann Hasseltine Judson llegaron a la actual Myanmar (antigua Birmania).

Dana Robert, profesora de Cristianismo mundial e Historia de la misión, así como co-directora del Centro para el Cristianismo y la Misión Mundial, señala que en las últimas décadas se ha visto una explosión de interés en el trabajo misionero entre los cristianos de Asia, África y América Latina .

CIBERMISIONEROS
La autora cree que el trabajo misionero voluntario ha aumentado debido a la globalización de las comunicaciones y el transporte. Muchas personas alrededor del mundo difunden el mensaje del evangelio a través de Internet . “Hoy alguien que en su casa se sienta frente a un ordenador conectado a Internet casi se puede definir como un misionero”, dice Robert.

Robert ha dirigidocasi sesenta tesis doctorales en la Universidad de Boston, y antiguos alumnos ocupan puestos de enseñanza y ministerio de todo el mundo. Es autora de varios libros, el último de ellos, “Misión Cristiana: Cómo le cristianismo se convirtió en una religión mundial”, ya ha agotado tres ediciones.


Fuentes: NoticiaCristiana

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La apuesta por una vida nueva




Los juegos de azar, el dinero fácil… Wilfredo González Medina se había mudado a los casinos. Empezó a rematar objetos de su propio hogar. Convertido en ludópata olvidó toda responsabilidad. Pero pudo ser rescatado con la Palabra del Señor.
Podría decir que sólo le faltó apostar su alma.Las máquinas tragamonedas se habían convertido en una obsesión donde depositó mucho dinero y gran parte de su vida. “Era un adicto”, reconoce hoy Wilfredo González Medina. Y lo fue hasta que una intervención divina cambió aquella existencia extraviada. “Mi salvación fue una campaña evangelística”, recuerda.

Hace 21 años González Medina asistía diariamente a diversas casas de juegos de azar. Puso en riesgo el salario mensual, el vicio atrapó por completo al hombre débil y pecador. Se convirtió en un ludópata. “Derrochaba hasta el último centavo para tratar de llevarme el premio mayor. Nunca lo gané, al contrario mi vida se desgastaba hasta el amanecer cada vez que jugaba. Al final nunca recuperé lo perdido”. Hoy todo está en ese pasado del cual escapó apoyado por el Señor. A los 51 años cuenta su historia acompañado de su esposa Betty, la mujer que toleró pacientemente toda aquella época.

González Medina trabajaba como agente de seguridad. Su incursión al mundo de las apuestas empezó a los 29 años. Su jefe y sus compañeros fueron quienes empezaron a tentarlo para ganar dinero fácil. Tuvo la suerte de principiante, creyó que sería así toda la vida, pero lo único que consiguió fue jugarse el amor y la seguridad de su familia profanando sus ahorros.

“No sé por qué me despertó la ambición, porque siempre he trabajado duro, no me gustaban las cosas fáciles”, asegura. Su convivencia con la escasez provino desde su infancia, en el departamento de Piura, al norte del Perú. Luego al emigrar al puerto del Callao, muy cerca de Lima, no cambió su situación, al contrario aprendió a compartir su educación limpiando los extensos pasadizos del cementerio Baquijano y Carrillo junto a otros niños de su edad.

La mentira permanente
“Primero iba a los casinos como una forma de entretenerme, pero luego ya era una rutina y finalmente una necesidad”, dice y agrega: “Con el tiempo me fui sumergiendo más en el vicio, cuando reaccioné ya estaba perdido y no encontré más refugio que esos locales nocturnos”.

El dinero resultaba insuficiente cada noche, preso de la desesperación procedió a sustraer objetos de su domicilio, hizo lo mismo en su centro de trabajo. Pero las evidencias salieron a la luz y acabó despedido en el acto. En su hogar nadie se daba cuenta aún de lo que vivía.

Haber servido tres años en las fuerzas armadas y tener una disciplina militar no evitaron que cayera en esa licenciosa existencia. “Mentía con facilidad. Al llegar a mi casa me arañaba el cuello, me rasgaba la camisa o el pantalón para aparentar que me habían robado, cuando la verdad era otra”, confiesa.

Hace 16 años que imparte la Palabra de Dios como pastor de la Obra en el distrito de Ventanilla, en Lima. Sin embargo, considera una tarea inconclusa anunciar el Evangelio a personas que padecen de este trastorno. “El diablo me engañó por tanto tiempo, haciéndome creer que podía recuperar todo lo que apostaba, por eso la obsesión de permanecer allí a pesar de saber que no ganaba”. Sentía que estaba en un pantano y solo Cristo pudo liberarlo de esa dominación, cuando procedió al real arrepentimiento de sus culpas.

“¿Qué haces aquí? ¡Cuida tu vida! ¡Cuida a tu familia!”, le increpó el Señor un año antes que encontrara su resguardo espiritual. Pero él, aun sometido a la ludopatía, hizo omisión de aquella voz que lo invitó a la reflexión. “Nuestro Señor se duele del pecado, sobre todo cuando no le obedecemos. Lamentablemente no escuché la voz de Dios a tiempo y todo me fue mal”, expresa Wilfredo, quien agotado de esta vida, tuvo el suicidio como una opción. Fue su madre, quien conocía de sus desdichas, la mujer que contempló en la oración el secreto de la liberación.

El mensaje salvador
Colocar la mirada en el amor indescriptible del Altísimo fue para este hombre la postura más decisiva que cambió el futuro eterno de su alma. Su acercamiento al Señor fue a través de un tratado que llegó a sus manos. Era una invitación a una campaña evangelística y además unas reflexiones sobre una agonía similar a la suya. Con poco valor y mucha ansiedad acudió al evento. “Cuando estuve en medio de la gente hubo una lucha espiritual en mi interior. Escuché una voz que me inquietaba y me pedía salir de allí, pero había otra que me persistía para quedarme. No sabía qué hacer en ese momento, pero me quedé, escuché la Palabra de Dios y le entregué mi vida a Cristo”, recuerda.

El nuevo amanecer que experimentó en aquella cruzada enrumbó su vida. Alude con lágrimas la misericordia del Todopoderoso que lo liberó de esta atadura espiritual. Su paso a la reconciliación familiar se dio inicio. La mentira terminó. “Desde ese momento entendí que hice mucho daño a mi familia moral y económicamente. Antes no supe cómo decirles en qué gastaba el dinero, pero con el Señor en mi corazón confesé todo”, relata.

Han transcurrido 16 años de esa experiencia gloriosa, en que Wilfredo, limpiado de sus delitos, santificado por la Palabra, no frecuenta más esos recintos de perdición. Al contrario, predicar incesantemente el Evangelio se ha convertido en parte de su vida diaria. Instruir la mejor manera de enfrentar las tentaciones es su estandarte. “El Espíritu Santo siempre ha conducido mis pasos; diciéndome por dónde he de ir y no tropezar nuevamente con el vicio. Dios ha sido generoso conmigo”, reconoce.

Indicadores de adicción al juego
La Asociación Americana de Psiquiatría precisó en 1995 que hay juego patológico cuando se dan al menos cinco de estas circunstancias:
•Preocupación por el juego (por ejemplo, idear formas de conseguir dinero para jugar).
•Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado.
•Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
•Inquietud o irritabilidad cuando se intenta interrumpir o detener el juego.
•El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas.
•Después de perder dinero en el juego, se vuelve a jugar para intentar recuperarlo.
•Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación en el juego.
•Se cometen actos ilegales como falsificaciones, fraude, robo o abusos de confianza para financiar el juego.
•Se han puesto en riesgo o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo u oportunidades profesionales por causa del juego.
•Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la situación financiera causada por el juego.

Qué hacer ante la ludopatía
•  Si existen indicios razonables de juego patológico, acudir a profesionales especializados y también a asociaciones de autoayuda para las ludopatías.
•  Normalmente un ludópata no puede dejar de jugar sin recibir ayuda, por mucha fuerza de voluntad que tenga.
•  La ludopatía rara vez tiene una sola causa o circunstancia. Requiere de la intervención de especialistas de la psicología para diseñar el proceso de deshabituación.
•  Es frecuente que el ludópata tenga una personalidad inmadura, miedos, sentimientos de inferioridad y falta de responsabilidad.
•  Como una de las características del ludópata es la impulsividad, la intervención consistirá en una reestructuración de la personalidad, que le permita afrontar situaciones difíciles, tolerar la frustración y aprender a fijarse límites.
•  Además debe intervenirse en el entorno familiar o social, como en cualquiera otra adicción.
•  La familia debe entender que se trata de una enfermedad y asumir la responsabilidad de acompañar y ayudar al paciente en el proceso de deshabituación.
•  Y la prevención. Es importante que los hijos no oigan frecuentemente que una lotería o un juego solucionarían nuestras vidas. Deben saber desde muy pequeños que con los juegos de azar siempre se acaba perdiendo.

Fuente: Impacto Evángelistico

¿Qué significa honrar a mi padre y a mi madre?


Honrar a tu padre y a tu madre, son las palabras respetuosas y las acciones que resultan de una actitud interna de estima por su posición.
La palabra griega para honor, significa venerar, apreciar, y valorar. Honor es darles respeto, no solo por mérito sino también por rango. Por ejemplo, algunos pueden no estar de acuerdo con las decisiones del Presidente, pero aún así ellos deben respetar su posición como líder de su país. Similarmente, los hijos de todas las edades deben honrar a sus padres, sin importar si sus padres “merecen” o no el honor.

Dios nos exhorta a honrar al padre y a la madre. Él valora el honrar a los padres, lo suficiente como para incluirlo dentro de los 10 Mandamientos (Éxodo 20:12) y nuevamente en el Nuevo Testamento: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6:1-3).

En los días del Antiguo Testamento, el hablar mal de los padres de uno o rebelarse contra sus instrucciones, resultaba en la pena capital (Éxodo 21:15-17; Mateo 15:14). Mientras que aquellos que honraban a sus padres eran bendecidos (Jeremías 35:18-19), una característica de tanto aquellos con una “mente reprobada” como aquellos que se caracterizan por su falta de piedad en los últimos días, es la desobediencia a los padres. (Romanos 1:30; 2 Timoteo 3:2).

Salomón, el hombre sabio, exhortaba a los hijos a respetar a sus padres (Proverbios 1:8; 13:1; 30:17). Aunque en la actualidad ya no estemos directamente bajo su autoridad, no podemos ignorar el mandamiento de Dios de honrar a nuestros padres. Aún Jesús, el Hijo de Dios, se sometió Él mismo a Sus padres terrenales y a Su Padre celestial (Mateo 26:39; Lucas 2:51). Siguiendo el ejemplo de Cristo, como cristianos, debemos tratar a nuestros padres de la manera en que deberíamos aproximarnos reverencialmente a nuestro Padre celestial (Hebreos 12:9; Malaquías 1:6).

Obviamente, se nos ordena honrar a nuestros padres, pero ¿cómo? Honrarlos tanto con nuestras acciones como con nuestras actitudes (Marcos 7:6). Honrar sus deseos no expresados, como los hablados. “El hijo sabio recibe el consejo del padre; mas el burlador no escucha las reprensiones” (Proverbios 13:1).

En Mateo 15:3-9, Jesús les recuerda a los fariseos el mandamiento de Dios de honrar a su padre y madre. Ellos estaban obedeciendo la letra de la ley, pero habían añadido sus propias tradiciones que esencialmente la anulaban. Mientras que honraban a sus padres de palabra, sus hechos probaban el verdadero motivo de su corazón. Honrar es más que un servicio de labios. La palabra honor en este pasaje es un verbo, y como tal, demanda elegir una acción correcta.

El honor incluye la idea de traer gloria a alguien. 1 Corintios 10:31, nos dice que todo lo que digamos o hagamos, debemos hacerlo para la gloria de Dios. Debemos buscar honrar a nuestros padres de manera similar a la que los cristianos se esfuerzan por darle gloria a Dios –en nuestros pensamientos, palabras y acciones.

La palabra griega “hypakouo” significa obedecer, escuchar, o prestar atención. Para un hijo menor, obedecer a sus padres va de la mano con honrarlos. Eso incluye escucharlos, prestarles atención, y someterse a su autoridad. Después de que los hijos maduran, la obediencia que aprendieron cuando niños, les servirá para honrar a las autoridades tales como el gobierno, la policía y sus jefes.

Mientras que se nos pide honrar a los padres, eso no incluye el imitar a los impíos (Ezequiel 20:18-19). ¿Qué pasa si tus padres te piden hacer algo malo? En ese caso, debes obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29).

El mandamiento de honrar a los padres es el único mandamiento con promesa: “para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6:3). El honor engendra honor. Dios no honrará a aquellos que no obedezcan Su mandamiento de honrar a sus padres. Si deseamos complacer a Dios y ser bendecidos, debemos honrar a nuestros padres. Honrar no es fácil, no siempre es divertido, y ciertamente es imposible en nuestra propia fuerza. Pero el honor es un camino seguro para nuestro propósito en la vida: glorificar a Dios. “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Colosenses 3:20).

Fuente: Impacto Evángelistico

martes, 25 de septiembre de 2012

Rescatando al soldado Eddie



 Fue boxeador, cantante de salsa y luchó en la Guerra de Vietnam. Creía que el dinero y la fama brindaban felicidad. Se empantanó en las drogas. Tocó fondo y desde las profundidades fue salvado por el Señor. La vida de Eduardo Correa Angleró, otra certificación del poder de Dios.
La biografía de Eduardo Correa Angleró no sólo está íntimamente ligada al mundo del boxeo, o a la Guerra de Vietnam o a la música salsa, la fama, las drogas, el alcohol, la muerte y la maldad. También es la historia de reedificación de un ser humano devastado por una oscura existencia, por el peso de sus propios errores y pecados y su posterior incorporación dentro del pueblo de Jesucristo. Un testimonio que plasma la complicada vida de un mortal más, nacido en la isla de Puerto Rico el 9 de agosto de 1954, que en el peor momento de su existencia se entregó al Todopoderoso e inició un cambio que lo guió al camino de la verdad.
Quinto de ocho hermanos, Correa se crió bajo el influjo de una familia muy particular en la ciudad puertorriqueña de San José. Su madre Julia Angleró era alcohólica y solía practicar ritos paganos como el espiritismo. En tanto que su padre, Octavio Correa, era un consumado aficionado del boxeo. Además, su tío materno, Roberto Angleró, era un incansable cantante salsero que con el tiempo se transformó en uno de los compositores más prolíficos del Caribe. Con un ambiente tan especial, Eduardo vivió sus primeros años condenado a estar siempre bamboleando entre los pleitos y riñas de sus padres, las penurias económicas y el influjo de las melodías populares.
El pequeño Eddie, como lo llamaban en casa, dedicó buena parte del primer tramo de su existencia a practicar boxeo. Apoyado por su padre, y mientras conocía a los astros salseros más reputados de Puerto Rico, se introdujo dentro del ambiente pugilístico y en poco tiempo construyó una amplia carrera que lo llevó a ser uno de los mejores boxeadores categoría gallo de su país. Y según su propia versión aquello fue: “un tiempo extraño de mi vida en el que, sin el amparo de Cristo, solía meterme en un cuadrilátero para agarrarme a golpes y ser un temido boxeador como lo deseaba mi padre. Allí, en ese mundo salvaje, hice amistades como el tres veces campeón mundial Wilfredo Gómez”.
Sin embargo, Correa no sólo se limitó a recorrer los caminos del boxeo. Entrando a la juventud, y de la mano de su tío Roberto, se sumergió en el ambiente musical puertorriqueño e intentó ser cantante. Fue en ese momento que explotó su vena artística y recorrió todo Puerto Rico para subirse a cuanto escenario se le pusiera al frente. Después, a inicios de los años setenta, y siempre guiado por su tío compositor que ya escribía temas para la agrupación musical El Gran Combo, ganó el Primer Festival de Salsa organizado en su país y probó las mieles de la fama. Entonces, Eduardo fundó su propia orquesta salsera a la que llamó “Conjunto Tropical”.
LA GUERRA DE VIETNAM
Capaz de cambiar el rumbo de su destino, Eddie un buen día decidió dejar la música por un tiempo para unirse a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Siempre arriesgado y temerario, cayó seducido ante las ofertas económicas y educativas que ofrecía en aquel momento el Ejército americano. Poco le importó que el mundo observara con horror la Guerra de Vietnam, en la que intervenía el Gigante del Norte, y que él incluso podía pagar con su propia vida el precio de su osadía. Armó las maletas y se inscribió en West Point, la Academia Militar de los Estados Unidos, y cuando completó su etapa de instrucción, luego de casarse con María Teresa Sánchez, se incorporó como oficial voluntario.
Enviado al sudeste asiático, como parte de las Fuerzas Especiales del Ejército estadounidense, intervino del conflicto armado entre americanos y vietnamitas. Aún de espaldas al Señor, experimentó el periodo final del conflicto que cobró la vida de alrededor de dos millones de civiles y constituyó la primera derrota de los Estados Unidos desde su independencia. Cuatro décadas después, cuenta lo ocurrido: “fue una de las guerras más cruentas. Era consciente de eso, porque gracias a Dios, que aunque no creía en Él, siempre me pude dar cuenta del mal que se causó. Allí se tuvo que matar a muchos civiles. Era la vida de ellos o la nuestra”.
Luego, en la década de los ochenta, también participó de la Invasión de Granada, una operación militar americana realizada el 25 de octubre de 1983 en suelo granadino, que derivó en su primer contacto cercano con Dios. Todo sucedió tras un accidente en plena acción de combate que le malogró la columna vertebral y lo dejó postrado por mucho tiempo. En ese instante su esposa, quien había aceptado a Jesús como su Salvador, oró por su recuperación y le habló del Dios Todopoderoso. Sin embargo, y pese a su completo restablecimiento después de tres operaciones, Correa no atendió el llamado del Altísimo y continuó con su andar sin rumbo por el mundo.
FAMA Y CONVERSIÓN
 Como el protagonista de una película de aventuras, Eduardo volvió a incursionar en la música y a lo largo de los años ochenta edificó una trayectoria vasta en la que se codeó con reconocidos cantantes como Héctor Lavoe, Celia Cruz, Ismael Miranda, Ricardo Rey, los hermanos Palmieri o Tito Puente. Durante esos años, en los que su voz se hizo escuchar en varias de las mejores agrupaciones y conjuntos salseros, también amasó una pequeña fortuna y viajó por casi toda Latinoamérica. En ese mismo tiempo sucumbió ante las drogas y lentamente se fue hundiendo en la espiral de los estupefacientes que puebla el ambiente artístico.
 A comienzos de la década del noventa, Eddie Correa, como se hacía llamar dentro de la atmósfera salsera, se fue en picada y dejó que las drogas gobernaran su día a día. Las consecuencias se evidenciaron de inmediato. Así se volvió una sombra andante, que existía para consumir crack, cocaína, marihuana, heroína y barbitúricos, y coqueteó con la muerte innumerables ocasiones. En una de esas oportunidades decidió suicidarse con un revólver, cargado con seis balas, que en el momento cumbre se trabó y no disparó ningún proyectil. Luego de ese fallido intento (1993), su esposa, quien no lo había dejado pese a todo, dejó a Cristo la tarea de rescatarlo.
 Entonces, cuando Eduardo, como un loco, empezó a vagabundear por las calles de Puerto Rico y se alimentaba de desperdicios, Dios se manifestó en su vida a través de unos ancianos llamados María y Julio. La pareja, al buscar a su hijo drogadicto, lo ubicó intoxicado y como buenos samaritanos lo cobijaron dentro de su hogar. Fue en ese momento que Correa empezó a quejarse ante el Creador por su desafortunada existencia y sólo atinó a leer una Biblia que le había regalado su esposa. Al poco tiempo, en seguida de maravillarse con las Santas Escrituras, empezó a gritar “Dios es bueno, Dios es bueno, Dios es bueno…” y se convirtió al Evangelio.
 En la actualidad, luego de un proceso exitoso de cristianización que lo reinsertó en la sociedad, Eduardo Correa Angleró congrega en la Iglesia “La Finca”, unos de los templos del Movimiento Misionero Mundial de Puerto Rico, y existe sólo para Jesucristo. Con cerca de veinte años dentro del pueblo del Señor, sirve al Salvador por intermedio de sus cantos y principalmente a través de una incansable labor evangelística que incluye visitas a cárceles y centros de rehabilitación. Lejos han quedado para él los tiempos en el boxeo, la música o las Fuerzas Especiales del Ejército americano, porque según confiesa “Dios es el único que pudo transformar mi horrible existencia”

FUENTE: IMPACTO EVANGELÍSTICO

Impacto Evangelístico se distribuyó en ExpoBiblia 2012



La revista Impacto Evangelístico fue distribuida en la Feria ExpoBiblia 2012 que se lleva a cabo en el Centro Comercial Real Plaza del Centro de Lima.

La actividad organizada por la Sociedad Bíblica Peruana– Casa de la Biblia que se prolongará hasta el 30 de setiembre tiene entre sus principales atracciones al Museo de la Biblia, Biblias, Libros, diccionarios, polos y muchas novedades relacionadas a las Sagradas Escrituras.
Les recordamos que el horario de atención será de lunes a jueves desde las 10 a.m., a 9 p.m. y de viernes a domingos de 10 a.m., a 10 p.m.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial

lunes, 24 de septiembre de 2012

“Dios me enseñó a valorar la vida”




Susana Selorio de Bocanegra es producto de una relación marcada por las diferencias sociales: Su madre fue empleada doméstica de su progenitor. “Siempre guarde mucho rencor en mis corazón”, cuenta la protagonista de esta historia.
Entrada en la adolescencia, las dudas existenciales comenzaron a agobiarla, sintiéndose en muchas ocasiones frustrada.
Poco después, conoció a su actual esposo, quien era un activista sindical. Ambos cultivaban ideas revolucionarias y decidieron formar un hogar. El carácter apacible de su conyugue contrastaba con las reacciones explosivas de Susana.
La relación superó varias tempestades y un embarazo no deseado puso entre la espada y la pared a la pareja. Ella no deseaba al niño, mientras que él lo quería tener entre sus brazos.
El pequeño nació, pero meses después Susana volvió a quedar embarazada y tomó la decisión de abortar. “Sentía que mis planes se iban a frustrar teniendo más hijos”, afirma nuestra ahora hermana.
Previo a su última intervención, echada en una camilla ella entendió que había alguien supremo que la amaba y también al ser que llevaba en su vientre. ¿Por qué lo has hecho? Era la pregunta que replicaba en su mente.

Vida dura

Pero sus terribles acciones trajeron consigo graves consecuencias. En una ocasión estuvo al borde de la muerte, llegó a perder más de la mitad de la sangre de su cuerpo.
Su madre, en medio de la desesperación que vivía, llamó a un grupo de cristianos para que lleven a su hija al templo central del Movimiento Misionero Mundial.
Luego de algún tiempo, Susana decidió acudir a la Casa de Dios aún convaleciente. Tras el mensaje, ella cayó de rodillas entre lágrimas y escuchó una voz que le dijo “Yo te perdono”. La vida de Susana pasó por su mente como una película. En ese instante sintió que era nueva criatura.
Pasaron algunos días y se recuperó milagrosamente, dejando sorprendidos a los médicos que la trataban. ”Estoy muy feliz con Jesucristo”, dice conmovida de alegría Susana, quien junto a su esposo y tres hijos dan fe del poder de Dios.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial

La población de África es ya de mayoría cristiana



El cristianismo se ha convertido en su conjunto en mayoría en África, por encima del Islam, según un estudio presentado este viernes por el sociólogo Massimo Introvigne durante un congreso organizado por el Centro de Estudios sobre las Nuevas Religiones (CESNUR) en la universidad de El Jadida, en Marruecos.

Según los nuevos datos, los cristianos representan en la actualidad el 46,53 por ciento de la población africana, con respecto al 40,46 por ciento de los musulmanes y al 11,8 por ciento de los que siguen religiones africanas tradicionales, según informa la versión digital del diario italiano La Stampa.

Asimismo, refleja que mientras que en el año 1900 los cristianos en África eran diez millones, en 2012 han alcanzado la cifra de 500 millones y que, cuando en 1900 los africanos representaban el 2 por ciento de los cristianos del mundo, en la actualidad, son el 20 por ciento de los cristianos a nivel mundial.

“Estos datos todavía son poco conocidos ha declarado Introvigne, fundador del CESNUR–, pero tienen un gran significado histórico, cultural y político”.

MAYORÍA CRISTIANA EN 31 PAÍSES, ISLÁMICA EN 21

Además, la investigación revela que 31 de los países africanos tienen una mayoría cristiana frente a los 21 que son islámicos y seis en los que predominan las religiones tradicionales.

“Hoy en día ya son más los cristianos practicantes africanos que los europeos . A la larga, esto cambiará no solo al continente africano, sino a todo el cristianismo”, ha remarcado.

No obstante, ha advertido de que “no todos, naturalmente, están contentos de este desarrollo” y cree que este crecimiento puede ser una de las causas principales de los ataques en su contra.

“Cierto ultra-fundamentalismo islámico considera escandaloso el hecho de que haya más cristianos que musulmanes en África, por lo que se persigue y asesina a los cristianos en países como Nigeria, Mali, Somalia, Kenya”, ha añadido.

Fuentes: Europa Press© Protestante Digital 2012

sábado, 22 de septiembre de 2012

“El eje de mi hogar es Cristo”



No hay nada que emocione más a una madre que el llanto de su hijo al nacer. Ese fue el caso de Ana Arteaga, quien junto a su esposo Víctor Ávalos y a su hija Belén, recibieron con gran júbilo la llegada del pequeño Alberto.
Cuando el niño cumplió los dos años, una noticia compungió el corazón de la familia. Su nuevo integrante sufrió serias convulsiones, situación que obligó a sus padres a internarlo en un centro hospitalario. Aunque el diagnóstico no era definitivo, todo hacía parecer que el mal al cerebro que tenía  era irreversible.
La hermana de Ana es cristiana y le dijo que podía encontrar la cura para su retoño en Jesucristo. A pesar del dolor que vivía, ella supo arrodillarse, mirar al cielo e implorar un milagro al Todopoderoso.
Al poco tiempo decidió acudir al templo del Movimiento Misionero Mundial en Lima. En ese lugar decidió abrir la  Biblia, notó que el pasaje que encontró era el mismo que el pastor Rodolfo González tomó para el mensaje.
Sintió que Dios tenía algo para ella, y sobre todo para su hijo. Tras entregarle su vida, supo que un milagro estaba por llegar.
Después de algunos días fue a recibir los resultados de los múltiples exámenes a los que su niño había sido sometido. “Señora no sé por qué le han solicitado estas pruebas a su hijo, si él no tiene absolutamente nada”, fueron las palabras del galeno que la recibió.
Fue así que la sanidad de Alberto era confirmada por la ciencia. La familia Ávalos-Arteaga entendió que el verdadero poder viene del Cielo.
Actualmente, Alberto tiene 14 años, un coeficiente intelectual superior al promedio y un corazón que vivirá eternamente agradecido al “Médico de Médicos”.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial



viernes, 21 de septiembre de 2012

“Con Jesucristo en el hogar todo es posible”


Juan Colunga es un ex oficial de la Policía Nacional del Perú que obtuvo gran reconocimiento. En su juventud conoció a su actual esposa, Rosario.

Tras un año de noviazgo se casaron y al poco tiempo de unión Rosario quedó embarazada. Pero su pareja fue destacada a una ciudad alejada. Juan no conoció a su retoño hasta después de un año.

A su retorno, las discusiones y constantes faltas de respeto eran cosa de todos los días. Inclusive, Rosario se enteró de la infidelidad de su esposo.

Frente a esa situación, ella decidió viajar a buscar un mejor futuro a Italia. Con el dolor de su corazón tuvo que dejar a su hijo en el Perú.

Cada vez que Rosario regresaba a nuestro país solo era para pelear, sabía que su vida corría peligro ante la agresividad que Juan le demostraba.

Tiempo de cambio

Llegó el año 2004 y Juan pasó al retiro. La pareja decidió darse una nueva oportunidad. Pero todo volvió a fracasar. “Ya no te amo”, fue la frase de Rosario que el protagonista de esta historia nunca pudo olvidar.

Juan entró en desesperación, pero recordó que un compañero suyo lo había invitado a una actividad cristiana. Lo llamó y ambos acudieron al Coliseo Amauta. “Cuando empecé a escuchar la prédica noté que todo lo que se decía era para mí, como si me conocieran mi vida”, cuenta el ahora hermano Colunga.

Cuando se realizó el llamado, Juan ya estaba llorando, solo pudo hacerle una petición a Dios: “Por favor devuélveme mi hogar”.

No fue fácil, pero en el proceso el Todopoderoso se glorificó. Hoy día y tras ocho años, la pareja de esposos está a cargo de un anexo en Lima y saben que con Jesucristo en el hogar todo es posible.


Fuente: Movimiento  Misionero  Mundial

El ABC del cristianismo

A laba a Dios en cada circunstancia de la vida

B usca la excelencia, no la perfección.

C uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas.

D evuelve todo lo que tomes prestado.

E ncomienda a tres personas cada día

F íate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia.

G ózate con los que se gozan y llora con los que lloran.

H az nuevos amigos pero aprecia a los que ya tienes.

I nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador.

J amás pierdas una oportunidad de expresar amor.

L ee tu Biblia y ora cada día.

M antente alerta a las necesidades de tu prójimo.

N o culpes a los demás por tus infortunios.

O lvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona.

P romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes.

Q ue se te conozca como una persona en quien se puede confiar.

R econoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores.

S é la persona más amable y entusiasta que conoces.

T rata a todos como quisieras que te traten.

Ú nete al ejército de los agradecidos.

V ístete de misericordia, humildad y paciencia.

Y no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan.

Z áfate de las garras seductoras de Satanás.


Fuente: Impacto Evángelisto


Un cristiano es condenado a seis años de prisión por insultar a Mahoma por Facebook


EGIPTO.- Un tribunal egipcio condenó el martes a un egipcio de confesión cristiana a seis años de prisión por haber causado ofensa al profeta Mahoma y al presidente Mohamed Mursi en la red social Facebook, informó una fuente judicial.

Bishoy al-Beheiry, un maestro copto oriundo de la provincia de Sohag (centro), fue condenado por un tribunal penal a tres años de prisión por haber ofendido al islam al publicar caricaturas del profeta en la red social, según esta fuente.

La justicia también lo condenó a dos años más de cárcel por haber insultado al presidente Mursi y a un año por insultar a la persona que lo demandó por las caricaturas.

Este fallo se produce en momentos de alta tensión tras la difusión del film "La inocencia de los musulmanes", una película de bajo presupuesto que describe de forma ofensiva al profeta Mahoma y que provocó estallidos de violencia en varios países musulmanes.

Muchos cristianos de Egipto temen que el film haga aumentar aún más la presión sobre su comunidad, que representa 6% a 10% de los 82 millones de habitantes y denuncia regularmente discriminaciones y violencia en su contra.

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jueves, 20 de septiembre de 2012

“Dios me ayudó a superar múltiples tempestades”


William García nació y creció en una familia de emprendedores. No obstante, los conflictos entre sus padres los dejaron al borde del divorcio, pero la mano salvadora del Todopoderoso actuó para volver a unir los lazos que estaban rotos. “Fue una etapa dura ver a mis padres en esa situación”, cuenta el protagonista de esta historia.

Mientras iba creciendo, los estudios eran exitosos y su proyección profesional se orientó hacía la ingeniería electrónica. “Siempre estuve en los primeros puestos del colegio”, añadió.

Paulatinamente su familia se fue entregando a Cristo y él no fue la excepción. Con el paso del tiempo notaron que la doctrina de la iglesia donde congregaban era errada y tras un sueño de su madre, Dios le reveló el templo del Movimiento Misionero Mundial a donde tenían que ir.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial


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Descubren un palacio de los cananeos que confirma relatos bíblicos




Tel Hazor es uno de los sitios arqueológicos más importantes del país hoy en día, y con buena razón. La antigua ciudad de Hazor, en la región de Galilea, fue por casi mil años, la mayor ciudad fortificada en Canaán antes de que llegaran, los Hijos de Israel hace aproximadamente 1300 años AC.

Los investigadores israelíes han logrado desenterrar lo que creen que es un palacio real de la época de la conquista israelita. Recientemente, los arqueólogos descubrieron una habitación en ese palacio que contenía 14 jarras de barro llenas de trigo quemado.

Las jarras datan del tiempo de la conquista israelita que alrededor de 1300 año AC, y el hecho de que el trigo fue quemado se alinea perfectamente con el relato bíblico de la conquista de Hazor, en manos de Josué, la única ciudad cananea que los israelitas destruyeron con fuego.

No todos los arqueólogos están de acuerdo con esta evaluación, y algunos siguen insistiendo en que Hazor fue destruida por los egipcios o varias tribus que vivían cerca del mar como los filisteos. Sin embargo, los egipcios llevaban registros detallados de las ciudades que conquistaban, y Hazor no aparece en ninguna de sus listas. Tampoco los filisteos y otros “Pueblos del Mar” normalmente se aventuraban demasiado lejos de la costa para realizar un ataque contra una ciudad, además Hazor, está situado en un terreno montañoso, a una larga distancia de la costa.

Como tal, la mayoría de los arqueólogos han llegado a aceptar que Hazor fue destruida por los israelitas, dando legitimidad al registro bíblico. Así que los nuevos descubrimientos sólo parecen estar reforzando más esta posición.

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miércoles, 19 de septiembre de 2012

“El amor de Dios me hizo un hombre de bien”

El consumo de drogas es un mal endémico de la sociedad moderna, teniendo como solución definitiva una intervención sobrenatural. Este fue el caso de Ronel González, un hombre natural de Iquitos que supo conocer el poder de Dios.

Desde muy pequeño sufrió el abandono de su padre y el descuido de su madre, lo que provocó que fuese criado por sus abuelos paternos hasta cumplir los 9 años. A pesar de su dura infancia supo ser un alumno con buenas calificaciones en el colegio.

Bordeando los 12 años su padre retornó su padre por él y decidió llevárselo a un pueblo intrincado en la selva peruana. Pero nada mejoró, su madrastra lo maltrataba física y emocionalmente, a tal punto que lo obligó escapar de su nuevo hogar para ir en busca de su madre que se encontraba en Iquitos.

Luego de una serie de peripecias, Ronel logró ubicar a su progenitora, pero la situación económica de ella no era fácil, viéndose en la necesidad de conseguir un trabajo de lustrabotas. Al poco tiempo conoció a otro muchacho que realizaba el mismo oficio, este le invito a inhalar un potente pegamento conocido como “terokal”.

A los 18 años conoció a su actual esposa, Maritza, quien un año después quedó embarazada. La relación se fue deteriorando paulatinamente. Ella intentó quitarse la vida, inclusive frente a su pequeño hijo.

En medio de esa desesperación, un conocido le contó a Ronel sobre el impresionante amor de Dios.

Cierta noche, Maritza volvió a entrar en crisis, en medio de ese conflicto, Ronel se puso de rodillas y le pidió perdón a Dios, aceptándolo como su Señor y Salvador. El Todopoderoso hizo un milagro un su vida, y a las 5 meses su conyugue también se convirtió a Jesucristo.

Actualmente ambos saben que existe un Poder Divino que sí puede liberar de las drogas al ser humano para entregarle la verdadera felicidad..

Fuente: Movimiento Misionero Mundial

Discapacidad visual no es impedimento para disfrutar de la Biblia




Las personas con discapacidad visual también pueden disfrutar de la Palabra de Dios gracias al programa “La Fe Viene por el Oir” de las Sociedades Bíblicas Peruanas.

El coordinador de la iniciativa, pastor Vlado Masson, visitó las instalaciones de Bethel para dar a conocer de qué manera funciona el “Proclaimer”, un equipo sonoro a través del cual se puede escuchar el Nuevo Testamento dramatizado.

Por otro lado, Masson dio a conocer que la Casa de la Biblia cuenta con las Sagradas Escrituras en el Sistema Braille.

En el programa “Bethel al Día” también participó Rigoberto Camargo Alfaro, Técnico de la Sala de Invidentes de la Biblioteca Nacional, quien destacó el trabajo que realiza esta entidad en favor de las personas con discapacidad visual.

martes, 18 de septiembre de 2012

“Sin Cristo en el hogar no podemos ser felices”


El programa “Vivencias” se trasladó hasta el distrito chalaco de Ventanilla para conocer el testimonio de los pastores Miguel y Mery de Ríos.
Ambos conocieron a Dios desde su infancia y en su adolescencia se formó  entre ellos un bello sentimiento. Tras algún tiempo, se unieron en matrimonio bajo la bendición del Todopoderoso.
 A pesar de que congregaban en una iglesia cristiana, sentían que necesitaban algo más en su vida espiritual. Fue así que decidieron acudir a una campaña del Movimiento Misionero Mundial, en la que escucharon un mensaje que conmovió sus vidas.
 Fue así que decidieron apoyar a la Obra, ofreciendo su hogar como centro de reuniones en Iquitos. De esta forma, aprendieron que existía el Espíritu Santo y su anhelo era ser llenos de con Su poder. “Recuerdo que una noche, antes de iniciar el servicio en mi vivienda, recibí la llenura del Espíritu Santo”, cuenta el pastor Ríos.
 Pero le esperaban más bendiciones a la pareja. Durante un viaje a Lima ambos escucharon el mensaje del fundador de nuestra organización, el reverendo Luis M. Ortiz. Estas palabras sirvieron para reavivar la llama misionera que residía en sus corazones.
 Prueba de fuego
Casi inmediatamente fueron convocados para servirle a Dios. Pero una prueba de gran envergadura estaba por venir. El avión en el que se trasladaban a su natal Iquitos ardió en llamas y perdió un ala mientras aterrizaba.
 Muchas creían que era el fin, pero Dios los preservó. Él tenía algo especial para la pareja. Desde ese día dejaron sus trabajos, la estabilidad económica y las comodidades para trabajar a tiempo completo en la Obra misionera.
 Actualmente, han pasado más de 20 años de labor evangelizadora y continúan con su ministerio pastoreando la iglesia en Ventanilla.  Ambos prometen serle fiel a Jehová hasta la muerte.


Fuente: Movimiento Misionero Mundial

Orar a Dios en el nombre de Su Hijo Jesucristo


De cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará… pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido… pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. – Juan 16:23-27.
En Juan 16, el Señor anunció a sus discípulos que iba a dejarlos para regresar al cielo después de haber dado su vida en sacrificio por nuestra salvación. Como es comprensible, la tristeza llenó el corazón de los discípulos cuando se dieron cuenta de que iban a quedarse solos en la tierra. Fue entonces cuando el Señor les reveló los recursos de la oración. Como esta promesa concerniría igualmente a todos los creyentes, salvos por haber creído en el Señor Jesús, nos fue transmitida mediante la Palabra de Dios.

¡Es una promesa extraordinaria! Estemos en donde estemos, sea cual sea nuestra situación, podemos pedir a nuestro Padre celestial que nos ayude, que nos enseñe el camino y que nos dé una salida. Cuando oramos en el “nombre” de Jesús, es como si dijésemos a Dios: «Vengo a pedirte esto de parte del Señor Jesús». Esto supone, por supuesto, que él hubiese podido hacerlo en nuestro lugar, es decir, que nuestra petición sea de acuerdo con su voluntad. ¡Qué seguridad nos da esto para acercarnos a nuestro Dios! Él nos escucha, así como escuchaba a Jesús cuando estaba en la tierra. Jesús dijo: “Yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:42).

¡Tengamos plena confianza en la misericordia de nuestro Padre, quien llenará nuestro corazón de paz y alegría! De este modo no olvidaremos darle las gracias.

Fuente:amen-amen.net

jueves, 13 de septiembre de 2012

VOSOTROS SOIS LA SAL

«Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis como debéis responder a cada uno»
Hace algún tiempo leí algo sobre la expedición terrestre que Lewis y Clark hicieron entre los años 1804 y 1806 de ida y vuelta a la costa del Pacífico, la primera en territorio de los Estados Unidos. Cuando, finalmente, la expedición llegó al océano Pacífico, descubrieron que casi habían agotado las reservas de sal. En la desembocadura del río Columbia no había barcos que pudieran abastecerlos para el camino de vuelta a casa. ¿Qué hacer? Sabían que, para regresar, tendrían que caminar. También sabían que no podían hacerlo sin sal. Así que se vieron obligados a pasar la mayor parte del invierno evaporando el agua del océano para obtener sal.
La sal es indispensable para la vida. Los tejidos de nuestro cuerpo contienen alrededor de un cuarto de kilo de sal. Regula el contenido de agua de nuestras células, a la vez que interviene en la contracción muscular, los impulsos nerviosos y los latidos del corazón. Sin tan vital sustancia padeceríamos convulsiones e incluso llegaríamos a morir (Nationai Geographic Magazine, septiembre de 1977, p. 381).
Del mismo modo que la sal es esencial para la salud del cuerpo, los cristianos somos esenciales para la vida espiritual del mundo que nos rodea.
Jesús dijo: «Vosotros sois la sal de la tierra». «Por medio de estas palabras de Cristo logramos tener una idea de lo que significa el valor de la influencia humana. Ha de obrar juntamente con la influencia de Cristo, para elevar donde Cristo eleva, para impartir principios correctos y para detener el progreso de la corrupción del mundo. Debe difundir la gracia que solo Cristo puede impartir. Debe elevar y endulzar las vidas y los caracteres de los demás, mediante el poder de un ejemplo puro unido a una fe ferviente y al amor. El pueblo de Dios ha de ejercer un poder reformador y preservador del mundo. Debe contrarrestar la influencia corruptora y destructora del mal» (La maravillosa gracia de Dios, p. 124)
Quizá se pregunte cómo es posible ser la sal de su entorno. «Dios abrirá el camino para que sus súbditos lleven a cabo actos abnegados en toda su relación con su prójimo, y en todas sus transacciones comerciales con el mundo. Mediante sus actos de bondad y amor han de manifestar que se oponen a la codicia y al egoísmo, y que representan el reino de los cielos en nuestro mundo. Mediante la abnegación, al sacrificar las ganancias que podrían obtener, evitarán el pecado, para que de acuerdo con las leyes del reino de Dios puedan representar la verdad en toda su belleza» (Cada día con Dios, p. 201). (Basado en Mateo 5:13).
Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

Mi guiador

Abre mis ojos y miraré las maravillas de tu ley. Salmo 119:18
Amadas Princesa del Dios Vivo
"por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros,
y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios" 
(Col 1:9-10, énfasis añadido)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

“Jesucristo me sanó del SIDA”

 Jaime Alaya, es el primero de seis hermanos y vivió en una familia donde al comienzo se respiraba un aire de unidad.
Con el paso de los años, y el continuo descuido por parte de su padre que era dependiente de la bebida y las fiestas, hizo que sus hermanos y él recibieran el golpe más duro.
Tenía 15 años, cuando su propio padre los echó de su casa para vivir allí mismo con tres mujeres, dejándolos en el absoluto abandono.
Fue en Cajamarca donde pudo terminar sus estudios  y sirvió por dos años al Ejército. Pero un joven lleno de resentimientos, jamás imagino convertirse en quien tanto odiaba, y siguió los mismo pasos de su padre.
Viajó a Lima para un mejor futuro, las puertas laborales se le abrieron y de inmediato, consiguiendo empleo bien remunerado. Pero, buscando como saciar su amargura no existía fin de semana en que malgastara su sueldo.
Al borde de la muerte
Cinco balazos, en una riña del vecindario lo llevaron directo al hospital. Pero inexplicablemente sobrevivió. Su madre le pidió  que se haga mayordomo de la Cruz de Motupe para poder cambiar y de esa manera acercarse a Dios.
Es en una de las fiestas patronales, donde conoce a su futura esposa con quien forma una familia. Sin embargo, las bebidas y las mujeres destruyeron su hogar.
Con su segundo embarazo y con los exámenes requeridos, Jaime se entera que su esposa era portadora del virus del VIH y que probablemente el hijo que esperaba también podría contagiarse.
“Matate, es la solución” es la voz que rondaba por su mente. Y en medio de su dolor comenzó a reclamarle a Dios, ¿Por qué a su hija? ¿Por qué no solamente a él o a su esposa? ¿Qué será de mi familia ahora?
Un primer milagro ocurrió, su hija no había sido contagiada al nacer. Pero su esposa no aguantó mucho tiempo y murió. Jaime ya con 44 kilos de peso,  y después de una crisis, despertó en el hospital, ya estaba cubierto, los doctores creyeron que no duraría unas horas y esperaban su muerte.
En esos momentos, y con el poco aire que tenía le dijo a Dios: “Señor,  si tú me sanas yo te voy a servir,  dame la oportunidad de conocer a mis hijas, de verlas crecer”. Dios el todopoderoso, el cual no tiene impedimentos lo sanó de inmediato, al instante. Los doctores no entendían cómo pudo ponerse de pie, luego de una crisis, y comenzar a comer normalmente si su cuerpo ya no resistía nada.
Actualmente, es un próspero empresario que vive testificando la oportunidad que Dios le otorgo: Él lo sanó y lo salvó. Y junto a sus hijas sirven al Señor.

 Fuente: Movimiento Misionero Mundial

martes, 11 de septiembre de 2012

Rescatado del infierno

 Lo llamaban “Atila” por su destreza con los puños; durante un tiempo adoró al diablo y vivió dentro del mundo del ocultismo y los ritos satánicos. Sin embargo, Eugenio Masías ingresó al camino de Dios y ahora difunde la Palabra del Señor.
Eugenio Masías Corbacho vivió muchos años asistiendo a rituales de culto al diablo. Era común verlo ante una gran estrella de cinco puntas invertida, viviendo en el mundo de las tinieblas. Se sometía a Zarabanda, deidad de los satánicos, a quien alababa a los cuatro vientos. Por mucho tiempo, su comunicación con Satanás fue constante y asistía con frecuencia a las misas negras.
 Como la mayoría de sus contemporáneos, nació en el seno de un hogar en el que Cristo sólo era una figura decorativa. Es el sexto de once hermanos y pasó sus primero años en medio de la violencia paterna, aprisionado por un sinfín de carencias económicas y afectivas.
Con el paso de los años, este cuadro familiar fue agudizándose y terminó por deformarlo hasta convertirlo en un individuo agresivo. Por ello, sus amigos del barrio lo apodaron “Atila”, un sobrenombre que no hacía más que retratar su crueldad como producto de una familia disfuncional. Una brutalidad que, además, hizo derramar muchas lágrimas y lamentos a su madre.
EL MUNDO DE LAS TINIEBLAS
Niño inquieto y travieso, Eugenio tenía tan sólo 5 años cuando experimentó su primer contacto con el mundo de la oscuridad, materializada en forma de anciano que se presentó en su casa. Sin embargo, cuando lo contó, nadie le tomó mayor importancia y el asunto quedó registrado apenas como una anécdota más de la familia Masías Corbacho.
Después, conforme fue creciendo en las calles de la capital del Perú, los eventos extraños se fueron incrementando. Hasta que ocurrió la trágica defunción de su hermana Gladys, atropellada por un camión el 6 de abril de 1970, y Eugenio recibió el beso de la muerte. Allí se resquebrajó su endeble confianza religiosa y creció su resentimiento.
Durante la juventud, Masías empezó a desarrollar una extraña fascinación: visitar los cementerios de Lima. Hacía eso mientras se las ingeniaba para ganar dinero y contribuir a las arcas familiares. Para entonces sus puños eran ampliamente reconocidos, tenía la triste fama de belicoso y ya nadie lo llamaba por su nombre original.
“Era un muchacho peleador y salsero que me gusta estar siempre en forma. Sin embargo, lo más extraño de mí era mi atracción por los cementerios. Me gustaba ir con mis enamoradas, incluso con mi actual esposa María Rosa, y pasearme entre las tumbas y sentir el olor a muerte”, recuerda.
Cuando culminó la secundaria, se unió al Ejército del Perú y acrecentó su comportamiento violento. “Salía a cazar perros y gatos y los mataba para beber su sangre. Por aquellos días estaba muy endemoniado”, dice.
Después, a pesar de que solía acudir a misas y procesiones católicas, con inusitado interés se vinculó a un grupo de personas del distrito de Breña que a través de la güija, un tablero dotado de letras y números, entablaba una supuesta comunicación con “espíritus”. Fue allí que Eugenio se acercó aún más al terreno dominado por Satanás.
En ese mismo periodo de tiempo, en los inicios de los años ochenta, contrajo matrimonio con su novia María Rosa, quien había quedado embarazada.
DEL INFIERNO A LA REDENCIÓN
A Masías, que durante aproximadamente cinco años fue “amigo” de un espíritu diabólico llamado Luis, se le presentó de pronto la posibilidad de emigrar a los Estados Unidos luego de un enlace tormentoso que tuvo su mayor punto de violencia cuando le lastimó el rostro a su suegro.
Entonces se hizo aliado de gente con influencias y partió a Norteamérica en 1989 tras abandonar a su familia. De hecho, y gracias a su ingenio y astucia, la alianza con aquellas personas no era más que un punto adicional en su cadena de acciones negativas. Pícaro y desvergonzado, Eugenio pasó a formar parte de una red clandestina de inmigración ilegal que hacia ingresar a indocumentados al gigante de América del Norte.
No obstante haber escuchado la Palabra de Dios, por intermedio de su esposa y de uno de sus hermanos, Masías Corbacho prosiguió con su accionar desafortunado y en unos de sus periplos, cuando se encontraba en territorio colombiano, fue encarcelado.
Posteriormente, salió de la cárcel. Sin embargo, persistió en el mal camino y ya en suelo americano se dedicó a diferentes labores con la idea de amasar la mayor cantidad de dinero posible. Así fue que consiguió un rentable trabajo como tramitador de seguros, gracias al cual sus ganancias se elevaron, hasta que un conocido de su época militar lo sumergió en una secta que adoraba a Satanás.
Metido por completo en el mundo de las tinieblas, Masías trabajó por muchos meses hasta que cierto día conoció a una hermana evangélica que necesita de sus servicios como tramitador. Fue el momento del cambio.
A partir de ese instante, este hombre que adornaba su cuerpo con joyas de oro, se burlaba del cristianismo y realizaba ritos y sacrificios satánicos en honor a Changó, Yemayá, Elegguá y otros dioses de la religión yoruba, nunca más volvió a ser el mismo.
En una campaña, el Dios Altísimo lo atravesó con su Palabra y según su propio juicio “lo rescató del infierno en el que se encontraba” para “predicar Su Palabra y hablarle al mundo de las buenas nuevas”. Era la respuesta a las incesantes oraciones de la esposa de Masías. El Creador intervino para darle un vuelco completo a la vida del hombre de origen peruano que, en aquel momento, se encontraba radicado en los Estados Unidos.
En la actualidad, con cerca de dos décadas como parte del rebaño del Señor, Eugenio Masías expone su conversión y está tan convencido de la supremacía de Dios sobre el diablo que no escatima palabras a la hora de advertir a la humanidad sobre los peligros que nos acechan como el ocultismo.
“Los ritos diabólicos existen y son reales. Sólo el Salvador pudo librarme de todo aquello y transformar mi horrenda existencia. Hace casi veinte años que le sirvo sólo a Jesucristo y desde que me perdonó no he parado de predicar Su Palabra. Yo deseo que todo el mundo conozca que el cielo es real y que la salvación está al alcance de cualquier persona que tenga fe”, expresa.
Eugenio, nacido el 19 de octubre de 1961 en la ciudad de Lima, ahora difunde la Palabra en la urbe de Cusco donde es pastor del Movimiento Misionero Mundial en la República de Perú.

FUENTE: IMPACTO EVANGELÍSTICO

Algunos Proverbios de Salomón


 No cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra. – Colosenses 1:9-10.
“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (3:5). “Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos” (7:1-2). “El temor del Señor es aborrecer el mal” (8:13). “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” (10:19).
 
“Ciertamente la soberbia concebirá contienda; mas con los avisados está la sabiduría” (13:10). “El corazón del hombre piensa su camino; mas el Señor endereza sus pasos” (16:9). “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos” (27:2). “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo” (27:17).
 
“El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los perfectos heredarán el bien” (28:10). “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (28:13). “El Señor da la sabiduría” (2:6). “Él provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente” (2:7).
 
Fuente:amen-amen.net

lunes, 10 de septiembre de 2012

“Dios es el centro de mi hogar”


Jorge Luis Guevara y Claudia Espinal son una pareja que actualmente esbozan una gran sonrisa, pero tuvieron que experimentar un verdadero cambio para encontrar la real felicidad.
Él nació en Chiclayo, siempre se sintió orgulloso de su padre a quien consideraba un hombre ejemplar. No obstante, sus progenitores siempre discutían, y en una ocasión su madre decidió llevárselo a Lima junto a sus hermanos.
Esa situación generó una fuerte discusión en el hogar. Ocasionando la ruptura definitiva del matrimonio, pero él decidió quedarse con su padre. “Gracias a Dios la pareja de mi papá me trataba como si fuera su hijo, nunca nos faltó nada”, añade Jorge.
Pero con el paso del tiempo, empezó a caminar por un camino errado. Fue así que viajó a Lima intentando cambiar, pero todo fue peor. Se mezcló en el mundo del pandillaje.
En medio de su baja condición, conoció a quien sería su esposa. Claudia se enamoró de él y aparentemente todo iba bien hasta que decidieron convivir. “Él se convirtió en un hombre violento”, cuenta la ahora esposa de Jorge.
Momento de cambio
Pero todo estaba por cambiar. Un hermano cristiano empezó a evangelizar a Claudia y posteriormente al díscolo Jorge. Poco a poco la Palabra de Dios entró en sus corazones.
Fue así que el muchacho agresivo decidió ir a un servicio cristiano. Al escuchar el mensaje, sintió que algo andaba mal en  su vida y minutos después se encontraba frente al altar entregándole su vida a Cristo.
Ante esta noticia, su pareja se mostraba escéptica, no creía en ese cambio. Pero los frutos de Jorge eran innegables, se tornó en un hombre distinto, lo que hizo que Claudia también decida caminar por las rutas del Mesías.
Actualmente ambos formalizaron su relación, siendo instrumentos útiles para la causa de Jesucristo.

Fuente: Movimiento Misionero Mundial

Padre nuestro


Compuesta por el americano Albert Hay Malotte, célebre músico de la industria cinematográfica, "The Lord's Prayer" es un himno del Siglo XX cantado con fervor por renombrados intérpretes del mundo.
"Padre Nuestro" es una pieza fundamental y primordial dentro de la música evangélica. Dedicada al Todopoderoso, la obra fue compuesta en 1935 por el reconocido pianista cristiano Albert Hay Malotte, uno de los músicos más célebres de la industria cinematográfica de Estados Unidos.
Malotte, afamado por su prolífica labor en Hollywood para los estudios Disney, la ideó por intermedio de un pasaje de las Santas Escrituras (Mateo 6:9-13), en el que Jesús comparte con sus discípulos una forma de acercarse al Creador. El cantante de ópera John Charles Thomas, gran amigo del compositor, fue el primero en grabarla y a la vez dejó sentado un estilo, fuerte y potente, que aún en la actualidad perdura y emociona al planeta entero.
Usado en primera instancia en los templos y bodas de Norteamérica, "The Lord's Prayer", como fue titulada en inglés, constituye la creación más exitosa de Malotte. Sin embargo, el músico evangélico tuvo una dilatada carrera profesional que nunca estuvo alejada de los caminos del Señor. Nacido en Filadelfia, el 19 de mayo de 1895, en sus primeros años de vida formó parte del coro de la histórica iglesia "Saint James" y luego estudio música en París con Georges Jacob.
En la década de 1930, mientras trabajaba en el corazón del cine mundial, Albert Hay Malotte compuso una serie de otras exitosas piezas religiosas, incluida la adaptación del Salmo XXIII, que posteriormente fueron recopiladas por la biblioteca de la Universidad de California y el archivo general del Congreso de los Estados Unidos. En tanto, sus canciones seculares más destacadas se dejaron escuchar como parte de las bandas sonoras de las galardonadas películas "El Patito Feo" y "Fernando del Toro". 
Posteriormente, una vez que alcanzó la notoriedad pública a través de dos sendos premios Oscar obtenidos por filmes infantiles que incluían sus composiciones, Malotte continuó dedicando su trabajo para el Altísimo y jamás se apartó del pueblo de Dios. Así el hijo de Charles y Katherine Malotte creó un sinfín de cantatas, musicales y melodías para ballet que honraban las buenas nuevas de Jesucristo y le hablaban a la humanidad sobre lo maravilloso que implica formar parte del cristianismo.
En la ciudad de Los Ángeles, el 16 de noviembre de 1964, Albert Malotte murió víctima de una neumonía y se marchó al reino del Señor. Empero, detrás de sí, este siervo del Rey de reyes, dejó una poderosa armonía llamada "Padre Nuestro" que día a día se deja escuchar alrededor del planeta. Un himno que en sus más de siete décadas de existencia ha sabido consolidar el mensaje de Jesús de Nazaret sobre el papel único y exclusivo del Dios Creador.


Fuente: Impacto Evángelistico

sábado, 8 de septiembre de 2012

“Dios es el fundamento de nuestro hogar”



Ricardo Chimoy, de 22 años y Elmira Rengifo de 16 decidieron contraer nupcias, sin imaginar que la infidelidad, la violencia y el alcohol destruiría esta unión paulatinamente.
Como suele suceder, los primeros meses de la unión fueron momentos inolvidables, pero conforme avanzaba el tiempo, Ricardo decidió continuar con su vida de soltero. Las fiestas caracterizaban sus fines de semana.
Pero como una cosa lleva a otra, la infidelidad también se hizo un hábito. Situación que obligo a Elmira a regresar a su natal Juanjuí e intentar reconstruir su vida junto a su padre y sus dos hijos.
No todo fue como ella quería. Su progenitor la obligó a regresar a Lima, él le dijo que “no la iba a mantener a ella ni a sus dos nietos”. De esta manera retornó a la capital peruana, con su hogar al borde del colapso.
Elmira decidió darle a su esposo “un poco de su propia medicina” empezó a acudir a reuniones sociales con asiduidad.
Un milagro
No obstante, los planes de Dios empezaban a ejecutarse. Cierto día, mientras Ricardo veía televisión sintonizó Bethel. El predicador empezó a detallarle su vida y los pecados que había cometido. No paso mucho tiempo para que acuda a un templo y le entregue su vida a Cristo.
Sin embargo, una nueva batalla estaba a punto de librarse en la casa de los Chimoy. Elmira no creyó en el cambio de su esposo y continuó asistiendo a cuanta reunión la invitaban, dejando a sus dos hijos con Ricardo.
Fueron cuatro años de intensa oración para que la pareja de Ricardo pueda comprender que sólo Dios tiene la clave para la felicidad. Poco a poco fue asistiendo al templo y conoció más de la Biblia.
Actualmente ambos son una pareja que sirve de ejemplo para su barrio y junto a sus hijos están dispuestos a vivir en santidad, testificando que Cristo cambia hasta el corazón más duro.
 
Fuente: Movimiento Misionero Mundial.

Martin Luther King (Atlanta, 1929 – Memphis, EE UU, 1968)



Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.
En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes cuando encabezó una gigantesca marcha sobre Washington, en la que participaron unas doscientas cincuenta mil personas, ante las cuales pronunció uno de sus más bellos discursos por la paz y la igualdad entre los seres humanos. Él y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de King, Premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. La permeabilidad de los colectivos de color, sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte, a la influencia de estos grupos violentos, ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray. Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.

viernes, 7 de septiembre de 2012

“El alcohol y las mujeres eran mi adicción”

 La acelerada y descarriada cotidianidad marcaron sus primeros años de existencia. El licor y las jóvenes compañías lo seducían. Su matrimonio naufragaba, pero Dios lo rescató. Hoy Luis Estrada es un hombre nuevo, un pastor que predica la Palabra en Puno, al sur del Perú.
Luis Estrada Rospigliosivivió en el pecado cerca de 20 años. Sus días transcurrieron entre el alcohol, las mujeres, las fiestas y el adulterio. Toda una vida de pecados en la que los excesos siempre estuvieron a la orden del día. Una cadena de errores que lo colocaron al borde del divorcio. Sin embargo, a este hombre, de gran éxito profesional, que sentía una debilidad extrema por las jovencitas, el Todopoderoso lo recuperó de esa existencia oscura y lo restauró cuando conoció la Obra Señor.
 
Antes de que Dios cambiara su vida, Luis Estrada, un cirujano dentista muy respetado en la ciudad de Arequipa, la segunda urbe más poblada del Perú,  tenía un sinfín de características mundanas y terrenales. Ahora desde el departamento de Puno, donde trabaja en la actualidad a favor del Señor como Pastor del Movimiento Misionero Mundial, se transporta en el tiempo y esboza su pasado: “yo era pecador, un gran pecador. Me gustaba el alcohol, las mujeres y salir a bailar siempre. Las borracheras y escapadas nocturnas eran muy comunes en mi vida. Por lo menos dos veces por semana tenía que salir a divertirme. Así puse en peligro mi matrimonio y condené a mis hijos y a mi esposa a una vida de sufrimientos y dolores”.
 
Estrada Rospigliosi nació en la localidad de Juli, un poblado del altiplano de Puno, hace 60 años y hace 16 que entregó su vida a Dios. Durante mucho tiempo creyó que era un hombre común y corriente más, uno de tantos seres humanos que van rodando por el mundo, con una existencia normal y al amparo de una sociedad donde la diversión y el hedonismo son tan usuales como respirar o dormir. Al respecto, Estrada sin vergüenza cuenta que: “estudie para ser cirujano dentista en la Universidad San Agustín de Arequipa y desde que comencé a trabajar me gustó la vida disipada”.
 
El pecado puede ser rastreado, con sencillez, a lo largo de la biografía adulta de este ciervo de Jesucristo quien revela que: “previamente a conocer la Obra del Movimiento Misionero Mundial yo tenía un matrimonio destrozado. Andaba con una y otra mujer, a las que conocía en mi consultorio, y debido a ello los problemas conyugales no me dejaban tranquilo y eran constantes, con gritos e insultos, y así fue por espacio de 20 años. Miraba una mujer y me entraban ganas de estar con ella y no paraba hasta conseguirlo. Cometí mucho adulterio porque desconocía el pecado y la fe en Jesús. Era una especie de adicción”.
 
En la actualidad, entregado en cuerpo y alma a Cristo, Luis Estrada mira con pena y tristeza esas andanzas, esas debilidades que casi destruyeron su hogar, y un gesto de disconformidad se esboza en su rostro antes de afirmar que: “cuando comencé a trabajar llegué al pueblo de Acarí, un poblado de costumbres paganas y mundanas, y allí estuve solo, sin mi mujer, por un tiempo. Fue en ese lugar que me metí, como jugando, en el alcohol y las fiestas y me fui desbordando cada vez más. Conocí muchas mujeres, chicas que llegaban a practicar odontología, y me divertía hasta el extremo. Para mí era normal. Pensaba que si todos los hombres lo hacían porque yo no podía”.
 
Siete años después, luego que su mujer descubrió sus pecados, y de retorno a Arequipa, trató de recomponer su relación conyugal, sin embargo, todo continuó igual. “Pensé que al llegar a Arequipa iba a encontrar la tranquilidad que tanto ansiaba. Pero todo no fue más que una ilusión. Empecé a trabajar en un centro de salud y a conocer a muchas mujeres y volví a lo mismo. Fue muy triste porque nunca me faltó nada en lo económico. Tenía buena posición. Mis tres hijos iban a los mejores colegios. No nos faltaba nada, pero la felicidad no existía. Perdí el respeto por los míos y la cosa se fue haciendo cada vez más grave y complicada”.
 
Así pasaron 13 años, en medio de una existencia caótica, en la que a la combinación poderosa de mujeres y alcohol se le sumó la “pasión” del fútbol, y según refiere el Pastor Estrada Rospigliosi llegó un momento en el que estuvo a un paso del divorcio. Sobre el tema cuenta: “llegó un momento en que la situación fue insostenible. Éramos dos personas que vivíamos en la misma casa, pero ya no compartíamos nada por culpa de mis pecados. Entonces fue que buscamos alguna solución para nuestro problema. Recurrimos primero a un psicólogo, luego a un sacerdote, y al final llegamos hasta donde un abogado que nos recomendó separarnos”.
 
Entonces en 1995, mientras pensaba abandonar a su familia y marcharse a la Argentina con una mujer con la que salía, ocurrió algo impensado en su vida y Dios llegó a su camino de la forma menos esperada. Luis Estrada apunta que: “el Señor utilizó a una joven que conocía para llevarme su Palabra. Ella, una muchacha simpática, había sido mundana y se había convertido al evangelio. Llegó a mi consultorio y me habló de Cristo. Así estuvo esa muchachita, llamada Lourdes, durante un mes invitándome a la Iglesia del Movimiento hasta que le di una fecha por decir y para salir del paso y sin ningún ánimo de querer ir”.
 
Luego, todavía viviendo en el pecado, para el hermano Estrada llegaría la fecha pactada y se vería obligado a honrar su palabra empeñada. Con lujos de detalles y como si el acontecimiento hubiera sido ayer, relata: “fue un viernes que para mí era sagrado y lo destinaba a salir a tomar con mis amigos. Sin embargo, mi secretaria me recordó que había quedado con la hermanita en conocer el Templo y debía ir. Allí fue que mi corazón me dijo que tenía que ir. No lo pensé dos veces y me fui con todos mis amigos y escuché la prédica del Pastor Josué Ascarruz, que habló de los adúlteros y Dios me tocó y me entregué a él”.
 
Tras su conversión la transformación llegaría de inmediato a la vida de Estrada Rospigliosi. Así refiere que: “desde ese momento ya no asistí a fiestas, no tomaba con amigos. Sentía que no podía probar alcohol. El olor de la cerveza y cigarros me hacían daño. Empecé a ir con frecuencia a la Iglesia, leer la biblia y llegar sobrio a mi casa todos los días. Hasta que un día mi mujer, después de que hablé con uno de mis hijos sobre mis cambios y el poder de la Palabra de Dios, me recriminó y me dijo que no metiera a Jesús en mis cochinadas, pero yo le dije mi verdad y le conté que el Señor me había transformado en un hombre nuevo y diferente”.
 
Los días del Pastor Estrada, quien pastorea en Puno, se sellaron con la marca imborrable del Altísimo. Repasa esos recuerdos: “nunca más dejé de hablar de Dios. A todo aquel que se me cruzaba le hablaba de su poder inmenso. Les contaba mi testimonio y de cómo Cristo, con su poder infinito, me cambió y me hizo un hombre nuevo. Al año y medio de entrar a la Iglesia me bauticé y después me hice cargo de un anexo llamado Ciudad de mi Trabajo, de la ciudad de Arequipa que, gracias a la oración de todos sus miembros, fue el escenario de un sinnúmero de milagros y sanaciones”.
 
Si bien Estrada Rospigliosi era feliz en Ciudad de mi Trabajo, gracias a su fe y entrega a Dios, con el correr del tiempo pasó a otro anexo del Porvenir Miraflores de Arequipa, que estaba a punto de ser cerrado y con su labor paciente y la dirección de Jesús se volvió en uno muy concurrido, donde afianzó su obediencia a Cristo. De esa experiencia el Pastor rescata que: “fue muy sacrificada. Cuando llegué al lugar, junto a mi esposa,  apenas eran dos hermanos los que asistían al anexo. Sin embargo, ambos clamamos muchísimo a nuestro Señor y le pedimos que su amor se manifestara a través de la recuperación de su casa. Y así fue que el anexo se recuperó en poco tiempo”.
 
Ahora, luego de diez años de ministerio pastoral en la Iglesia de Puno, el Reverendo sale a la palestra para brindar un testimonio de fe y conversión en pos de que más almas pecadoras sean rescatadas de las garras del maligno por el Movimiento Misionero Mundial. Con mucho orgullo, y esperanzado en que a través de esta prueba real del poder de Dios los que aún no se entregan a Cristo lo hagan, refiere a los lectores de Impacto Evangelístico que: “Dios lo puede todo. A mí me cambio. Y con Él grandes cosas se pueden. Tengo fe que gracias a mi testimonio los que todavía viven de espaldas al Señor lo busquen y comprueben que él es el único que los puede salvar”.

 Fuente:Impacto Evangelistico.